La formación natural Arco San Pascual
El vallecillo se cierra en su cabecera de unión con la sierra del Mugrón mediante un anfiteatro abierto hacia Alpera, el Rincón de San Pascual propiamente dicho, un arco en herradura de cerros amesetados.
En el centro de esta cubeta, como entronizada en el paraje, se yergue mayestática la turbadora figura de un monumento natural de roca, un monolito con un ventanal abierto de parte a parte sobre un macizo pedestal, que es el soporte de la irreal escultura. Desde ciertos ángulos de observación parece despegado de su base, con una sensación de ingravidez que le transmite apoyos muy reducidos...” Rafael Cebrián “Parajes Mágicos de la Comunidad Valenciana”.
En la base de este arbotante calcáreo, elevada más de un metro sobre el suelo, aparecen talladas una serie de cazoletas y grabados.
El conjunto más importante está formado por una poceta central de 68 cm de diámetro por unos 25 de profundidad, unida por canalillos a otras tres cazoletas de menor tamaño e inferior hondura que vertirían en ella, además hay otros canales que también desembocan en esta pileta receptora y eje del conjunto.
Los grabados aparecen cerca de estas piletas, parece que los dibujos representan de forma esquemática, parejas de antropomorfos con peana.
El mayor de todos alcanza 60 cm de alto por 26 de anchura máxima. El trazado del grabado es similar al de otras figuras humanas pintada de forma esquemática en los abrigos levantinos.
El objeto de este conjunto de pocetas y grabados parece ser que tuvo relación con algún tipo de ritual, incluso que se celebrara algún tipo de sacrificio. Los grabados de figuras masculinas y femeninas, agrupados por parejas, nos hacen pensar que quizá se llevaran a cabo ritos de matrimonio y fecundidad, aunque también es posible que la liturgia fuera orientada a estimular la fertilidad general de la madre naturaleza.
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El Camino de Santiago
