Castellar de Meca
Los restos de la ciudad ibérica del Puntal o Castellar de Meca. constituyen un impresionante conjunto, ibero. La ciudad, tallada en la roca, debió ejercer una función jerárquica de dominio sobre otros asentamientos próximos.
La ciudad se emplaza sobre una alargada meseta -el Puntal de Meca- situada al Noroeste del Mugrón de Almansa, próxima a Alpera
La planta del yacimiento tiene unas 15 Ha, con un largo de unos 800 m. Una visita detenida puede llevar varias horas, especialmente si se quiere recorrer la red de caminos sobre piedra, que es espectacular. Murallas ciclópeas, numerosas cisternas y casas talladas en la roca. Cerámicas ibéricas, romanas, islámicas. El denominado Camino Hondo justifica por si solo la visita. Esta vía de acceso, con una pendiente del 30 % constituye una asombrosa obra de ingeniería prerromana, sin paralelo en la península ibérica. En el último tramo, la roca está excavada 4,30 m. con una anchura de 1,93-2,15 m. Para superar la pendiente se alargó el recorrido y obligó a realizar una cerrada curva para cambiar el sentido del camino hacia el centro de la ciudad. El suelo, sobre roca viva, presenta profundas rodaderas o carriladas como consecuencia del paso de las ruedas de carro durante varios siglos . El camino estaba parcialmente relleno de tierra y bloques de piedra que fueron eliminados en las actuaciones dirigidas por Santiago Broncano.
En la meseta se pueden observar habitaciones excavadas en la roca, escaleras, y numerosos depósitos (mas de 100), el mayor llamado "El Trinquete" de 29 x 5 m, con una profundidad estimada de 14 m (más de 2000 m3). No todos los depósitos serían aljibes, ya que algunos pudieron ser utilizados como graneros o almacenes. Existen restos de muros de difícil datación, ya que el poblado estuvo habitado hasta época medieval (posiblemente hasta el s.XIII-XIV). El nombre de Ciudad Meca es posible que surgiera a partir del abandono, con el significado de "ciudad deshabitada":